Divagaciones

Mis ojos espantos han visto,
tal ha sido mi triste suerte;
cual la de mi Señor Jesucristo,
mi alma está triste hasta la muerte.

Hombre malvado y hombre listo
en mi enemigo se convierte;
cual la de mi Señor Jesucristo,
mi alma está triste hasta la muerte.

Desde que soy, desde que existo,
mi pobre alma armonías vierte.
Cual la de mi Señor Jesucristo,
mi alma está triste hasta la muerte.

                             -Rubén Darío 


Comentarios

  1. Este poema tiene una sensacion
    de tristeza... pero eso hace de interesante
    a este poema. :3

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog